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Mi español cambió a medida que crecí, pero me hace ser quien soy

  • Dr. Sandra Sanchez
  • 29 abr
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 5 may

La Dr. Sandra Sanchez, profesora de biología, comparte su historia migrante y su experiencia lingüística  


La Profesora Sandra Sanchez con sus hermanos y hermana (de izquierda a derecha): Adolfo, Prof. Sandra Sanchez, Danny, Bella, Brian y Vince.
La Profesora Sandra Sanchez con sus hermanos y hermana (de izquierda a derecha): Adolfo, Prof. Sandra Sanchez, Danny, Bella, Brian y Vince.

Mi familia emigró a los Estados Unidos de Colombia cuando yo tenía 12 años y creamos un nuevo hogar en Los Angeles, California. En Los Angeles no había muchos colombianos donde vivíamos y en nuestra escuela, en cambio, teníamos una comunidad muy diversa formada principalmente por mexicanos, filipinos, armenios y una mezcla de otras etnias.


Mis padres querían que aprendiéramos inglés lo más pronto posible, así que decidieron que habláramos en inglés en casa y que cuando todos aprendiéramos volveríamos a hablar en español en casa. Eso no pasó; es difícil cuando los hijos que son pequeños aprenden rápido y hablan en inglés todo el tiempo. Mis padres aprendieron inglés en menos de dos años y todos terminamos hablando en inglés en casa. Mi español también cambió mucho por la comunidad en que crecí, porque mi comunidad era casi toda mexicana, mi acento cambió un poco; no sueno como colombiana, ni tampoco como mexicana. Mi acento es parte de Los Angeles, parte americana, parte colombiana y parte mexicana.


Soy la mayor de seis hermanos; los tres mayores vivimos en Colombia antes de venir a EE.UU., los tres más pequeños nacieron aquí. Mis hermanos Adolfo y Danny hablan español como yo, con un acento que no es colombiano. El acento de Danny tiene una fuerte influencia mexicana, mientras que el de Adolfo es más formal que el mío y el de Danny. Los tres más jóvenes entienden español, pero en casa nunca lo hablan y es más difícil para ellos porque el inglés es su primera lengua.


Hoy en día mi relación con el español es complicada. Siento que hablo tres idiomas: inglés con mis hermanos, español con la gente que no conozco bien o si hablan español, y Spanglish con algunos amigos y mi mami. El Spanglish es un idioma híbrido, una mezcla de inglés y de español que se ha hecho común entre las comunidades bilingües de los Estados Unidos.


Para muchos de nosotros que tenemos dos identidades, Americana/Latina, es una forma de expresión de lo que somos como personas bilingües y biculturales. Dependiendo de con quien estoy hablando, puedo empezar mi frase en español y cambiar a inglés en la mitad de la frase. A veces es porque no recuerdo la palabra en español, pero la mayoría de las veces es porque sale de forma natural. Una conversación en el teléfono con mi madre para contarle de mi día puede ser así: “Hola mami como estas? Guess what happened hoy en el trabajo?” Sinceramente no pienso en lo que sale de mi boca, porque suena natural. Durante mi postdoc en la Universidad de Tufts, tenía muchos amigos que son latinos de distintos países. Muchos de nosotros hablábamos así, lo que era interesante es que nuestro Spanglish era diferente dependiendo de qué país era la persona. Los acentos eran diferentes y hasta las palabras que utilizábamos en español cambiaban si la persona era cubana, puertorriqueña o colombiana.


Yo pienso que nuestro idioma cambia porque vivimos en Los Estados Unidos. Cuando yo vuelvo a Colombia yo sé que mi pronunciación no es como la de mis primas. Hay veces que me siento como que no pertenezco perfectamente a mi comunidad porque mi español no es perfecto, me da pena que mi acento suena como una “gringuita” (mis primitas me han llamado así). Pero en realidad, me siento orgullosa de poder hablar español, me conecta con mi gente, con mi país, con mi cultura y es una parte esencial de la persona que soy. 




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